Sevilla tenía que estar lista para la Exposición Universal en todos los sentidos y no podemos olvidar la necesaria construcción de infraestructuras y la ordenación urbanística que un evento de esta magnitud requiere. El esfuerzo para lograr estos objetivos fue titánico y el resultado del mismo fue la modernización no solo de la ciudad a todos los niveles, si no que esta gran obra renovadora se extendió por toda la comunidad y el país.
Para todo ello, en 1987 la ciudad de Sevilla aprobó un Plan General de Ordenación Urbanística que venía a sentar las bases del desarrollo de la ciudad en los siguientes lustros. Tal fue la carga de obras de la ciudad en la pre-expo que el desarrollo de este plan se completó en muy pocos años. Se consiguió que Sevilla estuviese preparada para la Expo y no solo eso: preparada para su futuro.
Entre dichas obras podemos destacar:
LA RECUPERACIÓN DEL RÍO
La calle Torneo antes de 1992 era un tortuoso paso lleno de coches y flanqueado por un muro que tenía como objetivo la separación de las vias del ferrocarril con término en la Estación de Plaza de Armas. Este “Muro de Torneo” ocultaba el río en toda la ciudad desde la propia Plaza de Armas hacia el norte. Era clave que esta fachada urbana hacia la Exposición Universal fuera un espacio público real, y así se hizo: desapareció el tren, se reordenó de forma integral la avenida con un nuevo trazado, más aparcamientos, carril bus y, a su vez, se construyó el paseo Juan Carlos I, un parque fluvial clave para habitar el río digno de albergar la nueva vista de Sevilla.
El Guadalquivir, por su parte, tuvo como hechos clave la desaparición del “Tapón de Chapina”. Situado sobre dónde se encuentra hoy el Puente Cristo de la Expiración, obra que ponía fin a la dársena en ese punto. Su desaparición permitió ampliar la dársena hacia el norte (hasta San Jerónimo), lo cual de por sí supuso eliminar el riesgo de inundabilidad sobre la Isla de la Cartuja. De esta manera, se consiguió un curso fluvial completo a lo largo de toda la ciudad, sin barreras ni interrupciones, una obra nacida bajo la premisa de EXPO`92 y que la ciudad de Sevilla ha legado para su beneficio propio.
También, el Guadalquivir adquirio nuevos puentes que cosieron sus orillas, 9 en total, lo que supuso la construcción de mas puentes en el periodo del `92 que en toda su historia anterior. Esto permitió trazar nuevos viarios formando una nueva red de accesos, así como una nueva ronda de alta capacidad, canalizadora de la alta demanda viaria en la ciudad.
El casco histórico de Sevilla estaba asediado por el tren: a la citada calle Torneo se le sumaba además las vías de la otra estación ferroviaria de la ciudad: La Estación de Cádiz y sus vías en superficie hacían que el barrio de San Bernardo quedase dividido o la conexión de Nervión con Puerta Osario fuese de todo menos directo. Estas brechas urbanas producidas por el tren fueron reducidas notablemente con la nueva estación central en Santa Justa, una estación puntera y moderna tras la cual, las vías del tren quedaban soterradas hacia el sur hasta el Tiro de Línea, permitiendo el desarrollo de zonas como Viapol y la Enramadilla.
Además, se dotó de conexión ferroviaria con la Cartuja, se reordenó la salida ferroviaria hacia Huelva y, por encima de todo, llegó la Alta Velocidad. Un hecho revolucionario que cambiaba la tradicional norma no escrita que iniciaba el desarrollo del territorio por el norte. El primer tren de este género en España empezó a conectar Madrid y Sevilla en dos horas y media en abril de 1992 suponiendo un impacto social y económico de valor incalculable para Sevilla.
En los albores de 1992 se construyó una nueva terminal de viajeros, obra de Rafael Moneo, con 25.000m2 de superficie. Este proyecto incluyó una reforma de accesos, de las pistas e implicó un desarrollo de la oferta hotelera en el cercano barrio de Sevilla Este en relación al turismo congresual. La terminal, desde entonces, ha asumido sin problemas ni sobredimensionamiento la demanda aeroportuaria de la ciudad de Sevilla y su área de influencia.
Un punto clave de la reforma urbana de Sevilla era reordenar su red viaria, empezando por evitar que el tráfico de paso tuviese que acceder a la ciudad para seguir su camino hacia los destinos finales. Para ello fue esencial la aparición de la autovía de circunvalación de la SE-30, importantísima para los tráficos desde el sur y oeste de Andalucía hacia el resto de España así como para el acceso a los centros logísticos. No solo eso, ya que nuevas autovías con origen Sevilla empezaron a aparecer, destacando esencialmente la A-92, clave en la vertebración territorial de Andalucía y que puso de manifiesto que los efectos de la EXPO’92 se sentían más allá de la capital andaluza.
Asimismo, en el interior de la ciudad, nuevas rondas y avenidas aparecieron: la Ronda del Tamarguillo permitió que la conexión entre los barrios de Sevilla se alejase del centro, así como la Ronda de Triana permitió reordenar el barrio homónimo o la Ronda María Auxiliadora-Los Remedios introdujo nuevas vías para moverse entre barrios tradicionalmente inconexos. Estas nuevas rondas y avenidas vinieron a poner un efectivo remedio a la tradicional evolución urbana de Sevilla, donde los servicios generales rara vez fueron planificados de manera efectiva.
No es posible, tampoco, hablar de la red viaria sin reparar en los nuevos puentes sobre los distintos cursos sobre el Guadalquivir. Partiendo de los dos puentes que constituían accesos de visitantes a EXPO’92 y que posteriormente pasaron a la red viaria (Barqueta y Pasarela de la Cartuja), otras conexiones se vieron directamente relacionada con la Exposición Universal por su cercanía, como fue el caso del Puente del Alamillo, clave para la circunvalación de la ciudad, o el Puente del Cristo de la Expiración, que supone la reordenación de la salida del centro histórico hacia el Aljarafe. Además, el Puente del Centenario supuso una conexión de gran capacidad para la circunvalación y el Puente de las Delicias reordenó el entorno del Puerto más cercano a la ciudad. De hecho, las mejoras de las comunicaciones permitió al Puerto un crecimiento que nos ha llevado hasta nuestros días.
INFRAESTRUCTURAS CULTURALES
Sevilla, una de las ciudades que más óperas ha ambientado, se reencontró con este género gracias a la aparición del Teatro de la Maestranza, que jugó un papel clave durante la Expo. Además, la organizadora aportó a la ciudad otros auditorios, como el Teatro Central o el Auditorio Rocío Jurado. Por otro lado, el Lope de Vega fue sometido a un importante proceso de reformas, al igual que la rehabilitación del anfiteatro romano de Itálica. El Bellas Artes fue rehabilitado integralmente, mientras que los museos de la Plaza de América del Parque de Maria Luisa (Arqueológico y Artes y Costumbres Populares) sufrieron procesos de mejora también en aquella época.
El casco histórico empezó en 1992 a vivir una de las grandes revoluciones con la rehabilitación y mejora de barrios entreros, sin los cuales quizá sería imposible imaginar la Alameda de Hércules que existe hoy, por ejemplo. Por otra parte, la oferta hotelera fue aumentada hasta duplicar la existente en los ochenta, ampliando la zona de estos establecimientos más allá del casco histórico. Las telecomunicaciones, a su vez, registraron también un espectacular avance, con conexiones de fibra óptica que en la época supusieron una gran novedad.